Es un compromiso que hace unos 20 años que dura, primero de simple vecino socio y después pasando a formar parte de la junta, aprendiendo, participando en el debate y las decisiones, después haciendo de secretario unos 6 o 7 años, corrigiendo la revista durante muchos años y durante bastantes años además coordinando la revista (dejo la coordinación de la revista y de ser miembro de la junta cuando mi pareja tiene un cáncer y hay que reducir buena parte del compromiso fuera del hogar). No es una acción/compromiso de liderazgo, sino de servicio y colaboración para que el conjunto de la AVV salga adelante. Se procura dialogar siempre con la Administración, pero a menudo la tensión y la confrontación son inevitables.
Como AVV (en muchos casos en red con otras entidades, asociaciones y plataformas del barrio) se encara la realidad del barrio tratando de incidir en él desde una perspectiva colectiva, procurando encarar los problemas concretos de vecinos: vivienda –apoyo contra desahucios, por la vivienda pública y de alquiler, de protección en cesión a cooperativas sin ánimo de lucro; detección de uralita/amianto y promover su retirada; movilidad -transporte público, carencias, regularidad; pacificación tráfico entornos escolares y en general; defensa espacio público; exigir y trabajar por los equipamientos necesarios y prever los que harán falta con el crecimiento actual; promoción comunidades energéticas en espacios/edificios públicos y de vecinos compartidas; incidencia del cambio climático en el barrio; plan comunitario de acogida, con clases de lengua, actividades de convivencia, asesoramiento jurídico; coordinación con profesorado y familias de las escuelas (barracones, previsión plazas…); defensa del patrimonio, industrial sobre todo, y de la memoria.
En tu acción, ¿qué crees es evangelizador y/o transformador?
Para mí es evangelizador el hecho de injertarse en el espíritu y las líneas de trabajo que mueven la AVV (y favorecerlos); creo que van en la línea del “Reino de Dios” con voluntad de servicio y de mejora colectiva.
Es tratar de ser levadura. La gente poco a poco sabe que eres cristiano, siempre ha habido militantes cristianos en esta AVV (en varios momentos, a lo largo de los cincuenta años que tiene, ha habido cinco militantes de ACO que han sido presidentes) mezclados con militantes no cristianos, mucha gente muy entregada y ejemplar.
¿Qué crees que nos identifica como ACO?
Nos identifica el trabajo en este estilo y tratando de vivir en ese estilo; y también querer una Iglesia sencilla reunida en torno a Jesús movidos por el Espíritu que le movía, de talante fraternal más que jerárquico, igualitaria, servidora, acogedora, acompañante, atenta a la vida y a las personas con el estilo de Jesús.