“Levántate y camina” fue el título de la Jornada de formación de ACO que se celebró el sábado 15 de marzo, con una cuarentena de asistentes en los locales parroquiales de la iglesia de Santa Madrona. El propósito era contar con el testimonio de tres entidades sociales que trabajan con colectivos desfavorecidos y estigmatizados y conocer de primera mano experiencias de acompañamiento, recuperación y, en definitiva, resurrección.
Lola Ferrer, voluntaria de Justícia i Pau, explicó que participa en dos programas: acompañamiento de personas con condenas largas y que, por diferentes motivos no tienen a nadie que las acompañe y el apoyo a la salida en libertad, en el que primero se hace un vínculo con el interno cuando está en el centro penitenciario, cuando disfruta de permisos de salida y se le acompaña durante un periodo de 6 meses a un año una vez está en libertad. “El interno debe autorizar nuestra intervención, aunque al inicio desconfía porque no sabe nuestro rol. Pero a medida que nos conocemos se crea cierta intimidad con ellos y se te abren como no lo hacen con muchos profesionales del centro penitenciario”, asegura Lola Ferrer, quien subrayó la confidencialidad del proceso, la gran responsabilidad del voluntario y la necesidad de una escucha activa.
La voluntaria de Justícia i Pau que lleva un año y medio haciendo este servicio está más centrada en las mujeres privadas de libertad, “las más vulnerables porque las infraestructuras no están preparadas para preservar su intimidad”. En cuanto a la población reclusa indicó que la mayoría de internos vienen de entornos muy vulnerables y cada vez son más jóvenes. “Con la condena en prisión pagan por su delito, pero son personas que necesitan una segunda oportunidad y es un deber de la sociedad reinsertarlas para que no reincidan”, concluyó Ferrer.
Por parte de El Lloc de la Dona participaron Aurora Rabasa y Sandra. Este centro de atención social de las religiosas oblatas se creó en 1996 para dar una atención integral a mujeres en contextos de prostitución: “Desde un profundo respeto, buscamos promover el desarrollo integral de las personas”, aseguró Aurora. El testimonio en primera persona de Sandra permitió conocer las situaciones de partida de las mujeres que se ven forzadas a migrar, en este caso, desde Colombia (el 50% de las mujeres atendidas por la entidad tienen ese origen) por la situación económica, las pocas oportunidades y la violencia. La llegada con una maleta y sólo cinco mudas hace necesaria la solidaridad para encontrar un techo (en este caso una habitación compartida) y encontrar pequeños trabajos de limpieza en el hogar que no dan para mantenerse. “Pronto te quedas sin dinero y te toca realizar trabajos inesperados: nos encontramos pasando drogas, en la explotación sexual, trabajando de interna…”, a menudo en condiciones de explotación al estar indocumentadas.
“Son mujeres que se han levantado para andar al decidir salir de los contextos de pobreza y violencia social-machista de su país. Son mujeres muy valientes, responsables de la economía familiar y que, a menudo, se olvidan de su propio cuidado”, compartió Aurora. “Y en este andar hay muchas piedras: la Ley de extranjería que te deja dos años en situación de vulnerabilidad y expuesta a varios abusos; el duelo migratorio; las múltiples discriminaciones (raciales, género); la precarización de los trabajos y la dificultad de crear una red social de cuidados; la estigmatización de la prostitución (culpa, vergüenza y soledad)”, denunció.
Aurora dijo que hay “luz y esperanza cuando encuentran a una persona que las acoge en su vulnerabilidad sin juzgarlas y sin condiciones, con una mirada en sus potencialidades y creando un espacio de escucha que les permita pensar, tomar distancia, incluso encontrarse con Dios, y curarse”.
Merche de Hériz es una de las 400 voluntarias de Arrels Fundació y dio su testimonio en la jornada. La entidad fundada en 1987 se fundamenta en tres ejes: el acompañamiento, la sensibilización y la denuncia. Merche destacó que el vínculo con las personas sin hogar se trenza ofreciendo recursos de baja exigencia: por ejemplo, habilitando la única consigna gratuita donde pueden dejar sus pertenencias. También en las visitas que realizan los equipos de calle y en la acogida que realizan en el centro abierto (24 horas, los siete días de la semana) donde permiten las mascotas y pueden “cambiarse de ropa, estar tranquilos y descansar durante el día o socializar”.
Merche compartió algunos datos de la memoria de 2024: 791 personas visitadas por los equipos de calle, 74% de las personas atendidas han nacido fuera del Estado español, 87% son hombres, 9% son mujeres y el resto no binarios y mujeres trans. “La razón principal por la que terminan en la calle es por la pérdida del trabajo, según nos indican las encuestas que les hacemos y está a partir del sexto mes en la calle que comienza el deterioro”, indicó.
A partir de las experiencias de éxito en los países nórdicos, han concluido que el alojamiento es el punto clave. En este sentido, fin s a 262 personas atendidas por Arrels Fundació tienen un piso propio gracias a los acuerdos con entidades, el Ayuntamiento de Barcelona o legados solidarios. Merche también explicó otros recursos como el “piso cero”, donde duermen diez personas cada noche y se van por la mañana, o el taller que permite ayudarles a recuperar sus habilidades sociales y artísticas. De hecho, le obsequio a los ponentes de la jornada y un imán a los asistentes se confeccionaron en este taller.
La jornada finalizó con un recital de la coral Dona Gòspel, de El Lloc de la Dona. Puede consultarse el álbum de fotos y los vídeos de la coral en