La dignidad en los barrios, la sanidad pública, el cuidado de las personas y del planeta, el mundo del trabajo, la vivienda y la educación fueron los siete ámbitos que se abordaron en la celebración del Primero de Mayo en la archidiócesis de Barcelona, organizada por la delegación de Pastoral Obrera en el casal parroquial de Cristo Rey el viernes 25 de abril. El acto finalizó con la lectura del manifiesto «La economía sumergida no contribuye al bien común«, que la Pastoral Obrera de Cataluña ha elaborado para el Primero de Mayo.
«Las asociaciones de vecinos deben ser reivindicativas e independientes de cualquier opción política, capaces de generar actos culturales y organizar festividades», defendió Miguel Romera Lorenzo, de la AVV La Pau. El militante de la GOAC explicó que Verneda-La Pau es un barrio periférico olvidado por el Ayuntamiento de Barcelona y que la defensa de la sanidad pública, en particular el ambulatorio del barrio, de las pensiones públicas y de la seguridad en el barrio son las principales luchas vecinales.
«El problema de la salud pública es que el mercado quiere hacer negocio. Cada vez se reducen más los presupuestos públicos hacia la sanidad pública y hay más conciertos con los centros privados», denunció Grego Belmonte Ferrer, de la Marea Blanca de Barberà del Vallès. El militante de la GOAC insistió en que es necesario «concienciar que estamos perdiendo uno de los derechos fundamentales de la ciudadanía». Por su parte, José Antonio Miranda, trabajador familiar en el Servicio de Atención Domiciliaria remarcó que «los cuidados son el gran olvidado». El militante de la GOAC y sindicalista en la CGT explicó que es un trabajo muy feminizado y con muchas mujeres migrantes y que cuesta coordinar a las trabajadoras ya que trabajan de forma muy aislada. Tienen un convenio de mínimos que está detenido hace dos años.

“Cuidar el planeta significa cambiar el modelo de producción, de consumo y, en definitiva, nuestro estilo de vida”, relató Salva Clarós, responsable de políticas sectoriales en CCOO de Catalunya. El militante de ACO defendió que la crisis climática no debemos vivirla “con una actitud de derrota, sino como un momento de cambios civilizatorios y una oportunidad para hacer las transiciones digital, energética, del modelo de consumo… de manera justa”.
«Cuando nos sindicalizamos, nos organizamos y nos movilizamos, no sólo podemos mejorar las condiciones de trabajo, sino cuestiones sociales como la dependencia, la vivienda…», argumentó Ivan Molinos Meire, telefonista en el Departamento de Economía de la Generalitat de Cataluña y delegado sindical de CCOO. El miembro del Equipo de Pastoral Obrera de Nou Barris recordó que los gobiernos de PP y CiU habían desprestigiado a los trabajadores públicos y que esto se ha revertido con la consolidación de muchos interinos, presionada desde los sindicatos. Esta idea la reforzó Raquel Gómez Molina, profesora de instituto y delegada sindical de CCOO: «A los docentes nos cuesta tomar conciencia de esta parte reivindicativa y a veces se nos enfrenta a los colectivos de primaria y secundaria. También hay mucha tensión originada porque el modelo de escuela inclusiva no lleva recursos asociados. Mi trabajo es organizar y levantar conciencia de clase”, dijo la militante de ACO.
«Los maestros no somos indiferentes a las situaciones de desahucio e infravivienda de nuestros alumnos. Queremos desestigmatizar esta situación y visibilizarla», explicó Marta Moya Casanovas, profesora en un instituto de Ciutat Vella, miembro de Docents 080 y de la Plataforma por el derecho a la vivienda en Poblenou. Cada ámbito se precedió de la lectura de textos de la Doctrina Social de la Iglesia y también se pudo visitar la exposición fotográfica «Rostros y retos del mundo del trabajo hoy».