[Esta oración fue leída por el consiliario de ACO, Jordi Espí Vives, en la Eucaristía misionera que se hizo el 3 de julio pasado en la Catedral de Barcelona. Jordi hará a partir de noviembre una experiencia misionera de apoyo al Prado de México]
Señor Jesús,
Tú que nos has escogido como apóstoles de tu buena noticia dirigida a todos los pueblos, te damos gracias por el llamamiento que nos has dirigido. Ayúdanos a ser fieles a este llamamiento totalmente gratuito, danos un corazón agradecido que busque cada día dar fruto en el servicio a los más pobres de nuestro mundo.
Señor Jesús,
Tú quien revelas el rostro amoroso del Padre, que quieres hacer justicia apoyando a los pequeños, a los débiles, a los oprimidos, a los excluidos, a quienes no cuentan. Te pedimos: danos un corazón de hijos y de hermanos, para que sepamos amar con hechos y de verdad; purifica nuestra fe, fortifica nuestra esperanza, aumenta nuestro amor. Nos queremos unir a Tí en tu plegaria exultante que da gracias al Padre, el cual se ha complacido al revelarse a los pequeños, a los humildes y a los pobres.
Señor Jesús,
Tú que has venido a llevar la buena nueva a los pobres y a liberar a los cautivos, Tú que has curado, Tú que has ofrecido el perdón de los pecados; Tú que has nacido pobre, has vivido pobre y has muerto pobre. Tú que has sido conocido como el carpintero de Nazaret y has llamado a unos humildes pescadores a ser apóstoles; Tú que nos has dejado en herencia el mandamiento de amarnos los unos a los otros como tú nos has amado, hasta morir en la cruz. Te pedimos: abre nuestro corazón a tu presencia, aleja de nosotros las ambiciones que nos apartan de tí; danos coraje y amor para ser un buen pan a favor de nuestros hermanos, como tú lo fuiste.
Señor Jesús,
Tú que has prometido el Espíritu Santo a aquellos que te siguen y te aman, envíalo hoy y siempre a nuestros corazones. Que Él nos enseñe a escuchar tu Palabra, a guardarla fielmente y a andar con confianza en las pruebas de cada día. Te pedimos que tu Espíritu Santo reanime en nosotros el fuego del amor; que ponga luz en nuestras dudas, sostenga nuestra esperanza y nos dé fortaleza para ser coherentes con tu Evangelio; que nos comunique el don de la paz y nos reúna en torno a la unidad; que su soplo renueve nuestra vocación y nos llame siempre a ser fieles a nuestro ministerio de pastores al servicio del pueblo de Dios.
Señor Jesús,
Como tus apóstoles que fueron enviados para llevar la Buena Nueva del amor de Dios a los más pobres; te confiamos nuestros caminos, nuestras dudas, nuestras debilidades, nuestros pecados, nuestras esperas. Muéstranos cómo vivir con agradecimiento y responsabilidad el llamamiento a servir, a amar, a construir tu Reino en nuestro mundo que Tú tanto amas; y danos luz, coraje y amor para ponerlos en práctica en la vida de cada día.
Amen.