Mayo 07/Maria Martínez/
El sábado pasado 27 de abril la delegación de Pastoral Obrera de la diócesis de Terrassa celebró en la casa de colonias de los Maristas de Llinars del Vallès la Jornada organizada por los movimientos MIJAC, JOC y ACO con el lema Pastoral Obrera: ¡Familia en marcha! y una cita del Evangelio «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de ajustarse al querer de Dios, porque Dios los saciará» (Mt 5,6).
Al inicio nos saludarmos muchos y muchas compañeras, jóvenes y pequeños y participamos del desayuno que nos habían preparado. Seguidamente comenzó la gincana y por grupos teníamos que superar cinco pruebas que tenían una parte divertida, alegre, solidaria a la vez que de reflexión y de profundidad.
Quisiera compartir la última que tocó a nuestro grupo: nos daban cartulina de diferentes colores y una hoja que resumiendo decía: «Se trata de construir un cubo o hexaedro. Está formado por 6 colores signo de la DIVERSIDAD. Los colores, para unirlos hay plegarlos y esto requiere un cierto ESFUERZO y PACIENCIA. La unión de los colores no es fijada sino LIBRE, por lo que se puede hacer y deshacer sin romper ningún plegado. También, la unión se hace como una ABRAZO, de unos con otros, expresión de AMISTAD, de AFECTO y de ACOGIDA. Ya el MISMO "plegado" del papel es una expresión de que hay que plegarse, ceder, PACTAR para unirse y construir. Cada cubo, es signo de una PEQUEÑA SOLIDARIDAD, que sumadas darían el fruto de una SOLIDARIDAD MUY GRANDE o LA FRATERNIDAD, que se hace desde las pequeñas relaciones, uniones, amistades, pequeñas acciones solidarias. Y, construir el cubo en EQUIPO es ya un buen trabajo solidario, hecho con ESFUERZO, COORDINACIÓN Y CONSTANCIA. El cubo, así construido, es MAGNÍFICO y da ALEGRÍA, como lo es siempre la SOLIDARIDAD».
A continuación un tiempo corto de descanso, fotos y comienzo de la Eucaristía que Pepe Baena presidía acompañado por el diácono Josep Anton Clúa. Mucha participación, muy vivida y muy emotiva y quisiera destacar la intervención de los niños y niñas del MIJAC con su espontaneidad y sinceridad. El niño musulmán que rezó a Alá en su lengua, el niño que pedía que no condenaran el hombre que había ayudado a morir a su esposa enferma o los que explicaban lo que vivían en el MIJAC. Al finalizar la Eucaristía nos regalaron una planta de romero, definiendo muchas de sus propiedades y recordando al obispo Óscar Romero.
Ya se preparaban para comer y continuar la fiesta cuando tuve que despedirme muy contenta y afortunada de poder compartir un buen rato con todas y con todos los compañeros a los que quiero felicitar. Un agradecimiento a Vicky Herrero que me acompañó desde la estación para poder llegar y marchar.
Puedes consultar algunas imágenes del encuentro en el enlace.
Maria Martínez
