(Oración de la Zona Montserrat, leída en el Comité Catalán del 11 de marzo del 2017)
Mt 5, 43-48
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Jesús, como siempre, da un paso más.
Él nos dice: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen. Y es que Jesús, ya lo sabemos, nos hace ir contra corriente, porque, ¿qué mérito tiene amar a quienes nos aman? ¿Qué tiene de extraordinario saludar sólo a los hermanos?
¿Como lo hacemos para dar ese paso más? Y es que no es nada fácil dar la mano a los que "no son de nuestra cuerda". No es fácil, a veces, ser testigos de la fe de Jesús, es más fácil no decir nada, o esperar a sentirnos en un grupo de gente donde tengamos más confianza (en la parroquia, en el grupo de RdV...). Pero no es eso lo que Jesús nos llama a hacer.
Tenemos la gran suerte de pertenecer a un movimiento como ACO, que esta tarea nos la pone fácil. Somos comunidad y, juntos, las cosas son más sencillas. Tengamos presente, aprovechemos la fortaleza, la grandeza de nuestro movimiento, aprovechemos sus herramientas.
Y seamos conscientes de que el mensaje de Jesús es también vigente ahora mismo entre nosotros.