[El 16 de junio se cumplen 20 años del fallecimiento de Eugenio Royo. Este In memoriam ha sido elaborado por Juan Antonio Delgado de la Rosa, militante de ACO en la diòcesis de Madrid y biógrafo de Royo].
Eugenio Royo Errazquin había nacido en Rentería (Guipuzcoa). Hijo único del matrimonio formado por D. Jacinto Royo y Dña. Josefa Errazquin. Domiciliados en la calle Santa Clara y posteriormente casado con María Eugenia Orejas con quien tuvo tres hijos. Sus padres eran trabajadores. Su padre trabajó en la empresa Galletas Olibet y su madre en distintos sitios, donde podía.
En 1947 el sacerdote Anastasio Olabarria va a Rentería a impartir ejercicios espirituales, informando al clero renteriano de la existencia de la JOC en Sestao desde 1946. El párroco Roberto Aguirre envió en 1948 a Eugenio Royo e Iñaki Zapirain junto al sacerdote José Luis Lecuona a vivir esa realidad, teniendo así oportunidad de conocer a la JOC de Sestao, San salvador del Valle y Basauri. El primer grupo de militantes lo formaron: Iñaki Zapirain, Antonio Amiano (primer Presidente de la JOAC local), Eugenio Royo, Juan Rioseco, Félix Alzola, Boticario, Carlos Asensio, Juan Pireo, Fermín Galdós, José Miguel Mitxelena, Jesús Gutiérrez, Felipe Gurrichaga y Joaquín Saínz.
En julio de 1956, ya siendo presidente Eugenio Royo, se realizan la Semana de Estudios de Saturrán (Guipúzcoa), para toda la zona norte, asistiendo también Asturias. Se ensaya la primera Semana de Estudios con la nueva orientación jocista con el Plan que Eugenio Royo presentaría, el cual buscaba que saliera reforzada una auténtica JOC, que fuera más educadora, que estuviera más integrada en la problemática obrera, con una alta clarificación de cara a la tarea evangelizadora dentro de la clase obrera al tiempo que una mayor fidelidad a las exigencias del Movimiento Obrero en el momento concreto histórico que atravesaba España como era la represión franquista. En el verano de 1959, en Toledo, en el XII Consejo Nacional de la JOC, cesa como presidente de la JOC en España y se incorpora al Comité Ejecutivo Internacional.
La JOC para Eugenio Royo contribuyó decisivamente a configurar una cultura nueva y, por tanto, un hombre nuevo para desarrollar una sociedad más justa, más convivencial y sobre todo más solidaria y próspera: “Si la JOC se inhibe de esta utopía o renuncia a ella, dejará un vacío irreparable en la España del futuro”.
No podemos olvidar el trabajo realizado para la fundación de la USO, La Carta Fundacional de USO redactada casi en su totalidad por Eugenio Royo y debatida con otros militantes de la JOC (editada en Alemania y distribuida con cuenta gotas en España). Es un texto que revela una posición revolucionaria y anticapitalista marcada por la vivencia del cristianismo. El texto expresa un pensamiento político, sindical y económico enraizado en el Evangelio, para que pueda acompañar la propia acción militante. La carta Fundacional podemos decir que fue la piedra angular que alumbraría un nuevo sindicalismo, con valores muy profundos. Humanismo, pluralismo y sobre todo contrario a la forma de asentarse el capitalismo como Drácula feroz contra el obrero. Un sindicato autogestionado y autoorganizado. Un sindicato que trabajaría en defensa de los derechos fundamentales de las personas. Una Carta Fundacional que ensamblaba la solidaridad con la esperanza.
Para terminar este recuerdo de Eugenio Royo, señalar la amistad que le unió a José María de Arizmendiarrieta, donde ambos coincidían en que todo era un proceso. Tanto la vida como la muerte y la propia Historia. Arizmendiarrieta creía en el hombre, en el trabajo, en la acción. Acción que conducía a la solidaridad humana; creía en Jesucristo y en su obra redentora; creía en los valores humanos y en las virtudes cristianas, como el esfuerzo que redime; creía en la esperanza que vivifica; creía en el sufrimiento que madura; creía en la pobreza que libera; creía en la comunicación humana como medio superador de diferencias y forma de vincular voluntades. Este credo de Arizmendiarrieta, en palabras de Eugenio Royo: “fue el código e ideología que impulsó el proyecto cooperativo desde su posición preminente”.
Cómo olvidar a Eugenio Royo.