[Testimonio de Carme Torelló, del grupo Sagrera 1, que fue leído el día del funeral de Pep Soler]. Nuestra historia con Pep viene de lejos. En 1975 fuimos a vivir a la Sagrera y lo conocimos recién ordenado sacerdote. Era y siempre ha sido energía pura. Además de las tareas parroquiales, durante muchos años trabajó como carpintero, haciendo tacos de billar. Puso en marcha un montón de proyectos y grupos. Enseguida formamos parte de un grupo de la naciente JOBAC con él como consiliario, hicimos el boletín de este movimiento y llegado el momento y de su mano exploramos en qué movimiento de adultos nos podíamos integrar. ACO nos acoge con los brazos abiertos. Pep sigue siendo nuestro consiliario.
Con él grupos y más grupos de revisión de vida comienzan a caminar, crecen, acogen, merman, se fusionan, desaparecen y hacen constantes equilibrios para encontrarse y compartir la vida y la fe. La agenda de Pep siempre echa humo.
Pep ha sido siempre uno más de nuestro grupo, pero también era nuestro sostén. Con él hemos crecido como personas, como cristianos, como trabajadores... y como cura y como amigo nos ha acompañado en todas las etapas de nuestra vida: en nuestros compromisos laborales, políticos, sociales, vecinales o familiares, en las decisiones importantes del trabajo o de opción de vida, en el nacimiento de nuestros hijos, en sus bodas, en las enfermedades o la muerte de los padres y familiares directos, en nuestras propias enfermedades...
Con él hemos vivido y hemos estudiado el Evangelio, hemos viajado y hecho estancias familiares, hemos leído y comentado libros, hemos visto películas y partidos de fútbol, hemos hecho retiros y formación, y hemos sufrido por esta iglesia que él ha amado tanto, a pesar de su pobreza y sus deficiencias y, en definitiva, hemos celebrado y sobre todo compartido la vida, toda la vida.
Sentimos una gran gratitud. Muchas gracias por habernos querido tanto. Por ser nuestro amigo, nuestro referente, nuestro consiliario; por iluminar el camino, por habernos mostrado a Jesús.
Gracias, muchas gracias. Todo el grupo de Sagrera 1 y por extensión tantos otros de los que has sido consiliario. Tu recuerdo no se borrará nunca.