Nuestro testimonio de grupo tiene un nombre propio, ¡Albert Marin!
Hace más de diez años que nos iniciamos como grupo de ACO en el Poble Sec. Albert vino como iniciador de grupo y no nos dejó hasta que su enfermedad ya no le permitió acompañarnos.
En este texto de los Hechos de los Apóstoles encontramos su compromiso y testimonio. Albert no nos daba «plata ni oro» pero, como Juan y Pedro, también él se fijaba en los ojos de cada uno de nosotros, si alguien tenía un problema allí estaba, atento, para darle la mano, para ayudar a quien lo necesitaba.
Como otros grupos, nosotros también hemos pasado temporadas de altibajos, personas que han dejado el grupo pero también hemos tenido la suerte de que se han incorporado otros. Albert ha sido para todos un ejemplo a seguir, un buen amigo, cercano, sencillo y discreto que estimaba mucho el movimiento, siempre nos animaba y nos decía: «No os preocupéis, cada grupo tiene su ritmo».
Ahora, sin Albert el grupo ha quedado un poco huérfano. A pesar de su pérdida, su testimonio nos ayudará a seguir adelante. Sólo tenemos palabras de agradecimiento para él, por su estimación y calor, por su acompañamiento, por todas las vivencias que compartimos durante todos estos años, por su compromiso evangelizador y su generosidad.
¡Gracias Albert! Nunca te olvidaremos, te echaremos de menos.
Grupo Poble Sec