Mediateca

Una de las lecciones de la pandemia del Covid-19 ha sido, si todavía no nos habíamos percatado, la centralidad de los cuidados para la viabilidad de la vida. En este documento, queremos centrarnos en cómo se ha vivido la pandemia en el ámbito sanitario por medio del testimonio de un militante que es enfermero en una UCI de hospital y de una trabajadora del servicio de limpieza en un Centro de Salud Mental para Adultos.

Nuestro mundo está marcado por el confinamiento, las distancias sociales y los aplausos. Pero nos escapamos del silencio, tenemos la necesidad de hacer cosas, acciones, estar en movimiento nos priva de entrar dentro de nosotros. Es un mal de nuestra sociedad.

Un día una gran compañera y amiga me dijo «eres una persona curiosa y con empuje»; este cóctel provoca que de pasos al frente y esta curiosidad me ha llevado más lejos de donde había pensado que podía llegar, como es ser concejala del municipio donde vivo: Badalona. Me presento: soy Anna Lara del grupo Andantino de la zona Besòs. Tengo dos hijas preciosas de 20 y 17 años y son las flores de mi jardín que cada día me esfuerzo en regar y cuidar.

En este escrito quiero relatar cómo me ha afectado la enfermedad de mi esposa, Pepita. Dado que la vivencia es muy extensa, me voy a detener sólo en los aspectos más trascendentales, aquellos que me han hecho cambiar la vida, unos para mal y otros para bien. Por mi conciencia, mi fe, mi obrar, he descubierto que esta experiencia ha despertado en mí unos valores que tenía dormidos o no los había practicado.

Una reflexión creyente sobre algunos textos de Marcos. Marcos recibe una vieja tradición en forma de dos relatos que desarrollará en la sección conocida como la de los “panes” por la frecuencia con que emplea las palabras pan (diecisiete veces), comida (trece veces), saciarse (tres veces).