[Ramon Porti i Piqué] Ya se han terminado los Ejercicios de ACO, del 19 al 23 de agosto, en el Casal de la Pau de Arbúcies. Era el primer año que asistía y, sinceramente, ha valido la pena, no me engañaron. Un email nos avisaba que lleváramos la Biblia; tratábamos el tema de los Salmos, el cual, confieso, desconocía en profundidad, sólo de leerlos o escucharlos a la celebración eucarística.
Veintiséis personas, entre militantes y simpatizantes, pudimos compartir las enseñanzas que nos ofreció la benedictina de Montserrat, Olga Nicolau i Balasch. Siempre muy bien estructurado, relacionados con textos del Nuevo Testamento y otros del Antiguo Testamento y comprendiendo muy bien su composición. Oriol Garreta nos ayudaba, formulando preguntas después de cada exposición, a tener una pauta para la reflexión personal. Mientras tanto, Mercè Solé haciendo fotografías de esos momentos y otros. Muchas gracias, Mercè, Oriol, Olga.
El silencio —¡qué gran don!— cómo se aprecia estos días, ya sea en los momentos de reflexión, o de libre disposición de cada uno. El yoga por la mañana —¡gracias, Paquita!— antes de comenzar la jornada, llevado por una persona tan espiritual, y la oración a continuación, siguiendo la liturgia de las horas, de acuerdo con el día de la semana. ¡Gracias, Señor, por este nuevo día que comienza!
Las comidas, con la bendición de la mesa —Antònia, si no vinieras ¿quién lo haría? No conseguimos hacer uno solo en silencio. Normal, nos contábamos cosas. Ya hacíamos el resto del día...
Por la noche, antes de cenar, la eucaristía. Todos alrededor de la mesa. Ofrecemos las vivencias del día, rogamos por lo que creemos necesario y nos sale del corazón. Comemos el pan y bebemos el vino, hacemos el memorial que nos enseñó Jesús. Cantamos. Gracias, Pere, por aquellos cantos tan bien preparados, ligándolos con los salmos que habíamos tratado ese día y por el acompañamiento con tu guitarra. Me vinieron muchos recuerdos. Nos deseamos la Paz y rezamos el Padrenuestro conjuntamente. Gracias a todos por vuestros testimonios.
Después de cenar miramos de compartir lo trabajado a lo largo del día. Cuesta. Se habla de otras cosas. Finalmente, el jueves, el último día antes de partir, se consigue. Todo el mundo esplica su reflexión del tema que se ha tratado. Los que no han hablado lo harán al día siguiente.
Y, por último, al día siguiente, en la eucaristía que se hizo antes de comer, se exponen las valoraciones de lo que han sido estos ejercicios. Todos nos hemos sentido interpelados por el espíritu, el compañerismo y la huella que ha dejado en nuestra vida.
Comemos por última vez. Felicitamos al servicio de cocina y comedor. ¡Muchas gracias por el trabajo hecho! Las maletas ya están en la puerta. Nos despedimos mutuamente, ¡hasta el próximo año!
En estos enlaces puedes consultar:
· Algunas de las fotografías que hizo Mercè Solé
· Entrevista a Ernestina Ródenas, participante habitual en los Ejercicios de verano de ACO, publicada en Catalunya Cristiana
· Artículo de opinión de Mercè Solé, publicado en Catalunya Cristiana