[Carme Ballús] El abajamiento de Jesús, aquel hacerse pequeño, hombre entre los hombres, entre la gente que vive y trabaja en Nazaret, y después, cuando inicia la vida pública, con la gente que sufre, la que queda en los márgenes, ha sido el hilo conductor de estos Ejercicios Espirituales de ACO que vivimos acompañados por Josep Maria Pujol, consiliario de ACO en la zona del Baix Llobregat, la última semana de agosto en la casa Marc Castanyer de Hostalets de Balenyá.
El término abajamiento nos hace pensar en la pequeñez y fragilidad humanas. En estos ejercicios hemos podido descubrir mejor la figura de Jesús desde este ángulo, pero también lo hemos experimentado en la vida de nuestros compañeros y compañeras: dos personas que a última hora no pudieron asistir por problemas de salud; otra que tuvo que abandonar los ejercicios también por problemas de salud y otra más, por la muerte súbita de un familiar cercano.
Quienes nos quedamos los tuvimos muy presentes, con la esperanza de que Jesús les dé la fuerza necesaria en cada una de sus situaciones.
El jueves tuvimos la visita del consiliario general de ACO, Pepe Rodado, que compartió con nosotros el almuerzo y celebró la misa por la tarde, en el jardín, en el mismo espacio donde cada tarde compartíamos unas plegarias, algunos cantos y las vivencias del día.
Creo que ser un grupo pequeño nos ha permitido tener más espacios de silencio, pasear por los preciosos jardines de la casa, donde cada uno podía encontrar su rinconcito, y trabajar los textos que Josep Maria nos proponía. Para mí, que soy bastante charlatana, un grupo grande como el de hace dos años, que pasábamos de los veinte, es como un caramelo: ahora conversas con uno, ahora con el otro. Está bien, he hecho buenas amistades, no me quejo. Pero ser pocos, nueve personas, me ha hecho ir más a fondo en estos días de recogimiento.
Puede consultarse el álbum de fotos en el enlace: https://flic.kr/s/aHBqjBGL8X