«Me voy con un saco lleno de cosas». Jesús Jiménez se emocionó al despedirse de la militancia la tarde del 12 de octubre pasado —en la 64ª Jornada General— en un discurso lleno de agradecimientos y que sintetiza la experiencia de haber sido el presidente del ACO los últimos cuatro años. Así pues, este ciudadano «nacido en Teruel, aldeano de Molins de Rei y en un grupo de la zona Nou Barris» vuelve a ser «un militante más». De momento, tal y como se informó, no se ha encontrado relevo y, por tanto, habrá sólo presidenta, María Martínez, al frente de ACO.
En la Jornada General se ha presentado el lema para este curso «Porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón» centrado en el tema de la corresponsabilidad en ACO y que se concreta en forma de propuesta de Estudio de Evangelio y Revisión de Vida en el Plan de curso que se entregó. De hecho, en el manifiesto que ha preparado la zona Montserrat ya se constatan las dificultades actuales para asumir responsabilidades: «El capitalismo nos ha construido una jaula de oro, con un ritmo de consumo enloquecido, donde el individualismo ha arraigado en las personas (todos los movimientos asociativos tienen dificultades para asumir responsabilidades)». Y hoy, como ayer, «Jesús nos invita a salir de la jaula, a renunciar a todo aquello que nos dificulta hacer del Reino una realidad hoy».
Para tomar conciencia sobre el uso del tiempo y donde asignamos nuestras prioridades, se invitó a Fabian Mohedano, trabajólogo y parlamentario a explicar el Pacto por la Reforma Horaria, del cual es artífice principal, y que aboga por unos horarios que converjan con Europa para recuperar tiempo personal, para la familia y para el compromiso cívico. La aportación de Mohedano se complementó con los testimonios de dos militantes: M. José Lafuente y David Masobro.
La situación actual que vive el país también se hizo presente: los presidentes informaron que se está en contacto con los militantes de las diócesis de Alicante, Córdoba y Madrid, y que la voluntad es que el movimiento se mantenga cohesionado en estos momentos difíciles y de mucha tensión. En la oración de la mañana también se hizo referencia: «Padre nuestro, padre de los que estaban a favor del referéndum y los que no lo estaban».
La Eucaristía final ha sido presidida por el obispo Sebastià Taltavull y, en la práctica, también ha sido una despedida ya que el próximo mes marchará a su nueva responsabilidad episcopal, como obispo de Mallorca: «Gracias porque habéis ayudado a configurarme. Cuando vayáis a Mallorca, pedid por la casa del obispo y decid que sois amigos míos, os dirán dónde estoy», confió a los asistentes y fue saludado con una larga ovación.