La oración con la que se inician las reuniones periódicas del Comité Permanente ha sido uno de los espacios más valorados en este curso que finaliza. En la valoración de curso el Comité Permanente ha constatado las dificultades a las que ha tenido que hacer frente por la ausencia de presidenta, pero también cómo se siente cohesionado y animado con "las responsables del Comité Catalán que manifiestan que las reuniones les ayudan a no desfallecer, que se encuentran acogidas y que aprenden", resaltó el presidente, Jesús Jiménez.
El consiliario general, Josep Jiménez Montejo, que ha estado presente en las diversas reuniones de consiliarios de zona que se han hecho, subraya que "se lo toman muy en serio y aprecio mucho la estimación y contemplación que los consiliarios tienen de los militantes. Aman el movimiento". También destacó la disponibilidad de la gente al llamarla para participar en algunos actos.
El presidente, Jesús Jiménez, lamentó que este curso "no se ha podido hacer el acompañamiento de las zonas que sería necesario, por falta de presidenta" y, a la vez, remarcó que ha disfrutado de las visitas a los militantes de las diócesis de Alicante, Córdoba y Madrid: "Son muy importantes, ya que se ve el empuje y la firmeza que tienen". También recordó la asignatura pendiente de mitigar la situación de sobrecarga laboral de las trabajadoras del movimiento.
El responsable de comunicación, Joan Andreu Parra, coincidió con el presidente que el objetivo principal del Comité Permanente para el próximo curso es "hacer un buen Consejo. Ya que es un momento para pararnos, mirar atrás para proyectar hacia delante, amarnos y apoyarnos". También subrayó que este curso está costando que los grupos aporten lo que han trabajado de la prioridad.
La secretaria, Marilia Sanz, destacó que se siente "respetada y tratada con confianza y cordialidad" y que tiene que convivir con una sobrecarga de trabajo. También aportó el tema de la renovación de la coordinadora: "Escucho decir a Celia que se aproxima su marcha. La figura del coordinador es fundamental (...) por lo tanto, el proceso de búsqueda, selección, deberá ser muy cuidadoso", dijo.
La coordinadora, Celia Santiago, admitió que este ha sido un curso de muchos cambios y especialmente cansado. El hecho de tener que hacer más viajes a las coordinaciones del MTCE o la asistencia a diversas coordinaciones diocesanas han ocupado más tiempo que se habría necesitado para haber estado más presente en las zonas. "De cara al próximo curso, mi objetivo sería trabajar por el Consejo con muchas ganas y toda mi fuerza para poner al servicio de los militantes todo lo que he aprendido durante estos años", finalizó Celia.