[En la última revista Luzysal tuvimos el placer de publicar el artículo «Orar desde la densidad de la realidad» de Pepa Torres Pérez. En esta ocasión, publicamos una reseña de su libro Decir haciendo. Crónicas de periferias (San Pablo, 2017)]
A veces leer un libro de alguien que conoces no parece una buena idea. Tienes el riesgo de decepcionarte, porque no hay coherencia entre las palabras y quién está detrás... Y eso siempre defrauda.
Pero en este caso, que tenemos la suerte de conocer a Pepa Torres, vemos que esta obra es "muy ella". Ella y sus múltiples causas.
Pepa Torres Pérez es una religiosa, educadora social y teóloga feminista... Y activista por los derechos y la justicia: manteros, mujeres, cualquier violencia, inmigrantes, sin papeles, sanidad universal, barrio, vivienda... y me dejo muchas otras reivindicaciones. Pero sobre todo es amiga, alguien que se planta en las luchas desde el amor, la oración, la amistad.
En las aproximadamente trescientas páginas del libro, la autora recoge artículos y entradas en la revista Alandar y en el blog de Cristianismo y Justicia (Fundación Lluís Espinal) y entreParéntesis. Dialogar en las fronteras (Compañía de Jesús). Los presenta divididos en cuatro capítulos de títulos sugerentes: "Lo que es personal es político", "Movimientos sociales y luchas migrantes", "Nos queremos vivas y felices" y "Espiritualidad y religiones".
A través de ellos nos va desvelando caminos de compromisos, ámbitos que a menudo muchos de nosotros tenemos de lejos. Opta por unir espiritualidad, teología, política y vínculos humanos. Inseparables.
Desde su Lavapiés multicolor y multicultural, como un microcosmos desde el que tomar perspectiva del mundo, recorremos vivencias y experiencias, propias y de otros, de Melilla, Calais, Senegal, Puerta del Sol, Bangladesh...
Y van abriéndose ante nuestros ojos nombres y rostros de víctimas, y de activistas y entidades, ambos grupos con la misma dignidad: los CIE, la PAH, Sanidad Universal, Carre, Maite, Débora, Modou, Territorio Doméstico, Samba Martine, Lucrecia Pérez...
Y a lo largo de la lectura se hace inevitable (o al menos a mí) sentirse interpelada por tantas esferas que debería incorporar en mi vida, como acción o en cualquier caso como oración. Llevar a mi oración caras, historias, entidades que sufren ante la injusticia, el capitalismo, el patriarcado, la securitización, la soledad, la prepotencia... Sólo en contacto con algunas realidades, el corazón se esponja, nada de lo que es humano nos es ajeno, la política es construcción del Reino...
Por si estas aportaciones no fueran suficiente, la generosidad de Pepa nos lleva a descubrirnos o redescubrirnos pasajes de la Biblia encarnados hoy. Pablo, Nicodemo, Xifrá y Puá, Sara, Agar, María, la sirofenicia, Jesús, pasean por nuestras calles, por los CIE, los estancos, por las manifestaciones contra la violencia de género...
Y también nos abre a múltiples recursos: canciones de Macaco o de Jorge Drexler; poemas de Hadewijch de Amberes o de Laura Casielles; relatos de Gioconda Belli; testimonios de Dorothy Day, Óscar Romero, Madeleine Delbrêl, Etty Hillesum o Berta Cáceres; teologías como las de Moltmann, Mercedes Navarro, Schüssler-Fiorenza; obras como Víctimas de la Iglesia. Relato de un camino de sanación de José Luis Segovia o Trincheras permanentes. Intersecciones entre política y cuidados de Carolina León...; la economía feminista; textos musulmanes... Una fuente inagotable a la que ir a beber para aclarar la mirada, despertar sensibilidades, agudizar el espíritu crítico...
Cuando me planteaba esta breve reseña sólo pretendía que quien la leyera deseara hacer el ejercicio de dejarse interpelar... Algo debería cambiar en nosotros a medida que vamos recorriendo las páginas de Decir haciendo... para apuntarnos a la teología del grito que defiende Pepa Torres, para alimentar aquella alegría que debería nacer en los cristianos y cristianas, para mantener la esperanza, para proclamar un sí al Evangelio, la amistad, la dignidad y un no rotundo a todo lo que nos conduce a la muerte, la injusticia, a generar víctimas.
Apa, ánimos y a buscar el libro ... Y a Pepa, ¡gracias!
Maria Antònia Bogónez Aguado