"[Las entidades eclesiales] somos el reflejo de lo que pasa en la sociedad. No estamos exentas de las necesidades de las personas mayores, de su psicología, de las luchas de poder, y generacionales, explícitas o implícitas, como en todo grupo humano. Y por lo tanto las asociaciones eclesiales también experimentan los factores antes mencionados en las sociales".
El compañero Quim Cervera publica en su blog un interesante análisis en el artículo "Presente y futuro de muchas entidades eclesiales" (en catalán). Puede ser útil tenerlo presente para el próximo Consejo. ¿Nos sentimos reconocidos?