El grupo Pa i Roses de la zona Nou Barris comparte este resumen de la RdV programada que fue presentado en el encuentro de fin de curso de la zona. El documento, escrito en castellano y catalán, es un collage de lo que se dijo en las reuniones y respeta la lengua original. Lo encuentras a continuación.
En el ver se expusieron algunas situaciones personales bastante duras. No por conocidas, menos preocupantes.
Otras situaciones necesitadas de atención por ser momentos personales de cierta ausencia de horizonte claro por el que transitar.
Y otras vivencias que se experimentan como muy estimulantes por las personas que las explican.
Después de la rueda en la que todos hablamos y nos escuchamos, nos propusimos pasar ese tesoro por el corazón y dar un retorno a los compañeros. Un retorno en el que compartiríamos qué nos había sorprendido, qué nos interpelaba y qué no entendíamos de los demás.
EN EL RETORNO, fue frecuente que se trasmutara en positivo muchas vivencias que se compartían con sentimiento de insuficiencia o inadecuación:
No hace falta ni comentar lo que nos dijo una compañera:
“Salgo muy pronto de casa, sobre las 7 empiezo a trabajar y paso de 12 a 14 horas fuera de casa”
“No soy yo misma”
“Me falta tiempo para relajarme. Intento pero me es imposible. No tengo cabeza para leer en el metro”
“Rezo por la mañana y por la noche y eso me da tranquilidad”
Compartimos la perplejidad que nos causa el mundo laboral en el que vivimos:
Vemos que las condiciones de trabajo han cambiado tanto que nos resulta difícil interpretar nuestro papel en ése ámbito. Ya no se da valor a la experiencia, el culto a lo nuevo, a lo rápido e irreflexivo como sinónimo automático de bueno entra en conflicto con nuestra experiencia. Vemos la necesidad de resituarnos en ese nuevo marco ideológico. Nos hace falta formación.
En lo que se refiere a los compromisos:
La vida nos ha dado palos a nivel de situaciones límite en la familia, muerte de la pareja, desencuentros con la familia, mobbing en el trabajo, etc. Estas situaciones nos han llevado a cuestionar el compromiso tal y como lo definíamos cuando éramos jóvenes, a saber: Como algo estructurado, con reuniones, planificación, objetivos e indicadores de resultados alcanzados. Nos hemos vuelto más humildes y vemos nuestra acción como algo menos controlable.
Estuvimos hablando de lo que entendemos hoy en día como compromiso: la manera cómo lo hacemos. Es de un modo mucho más orgánico, más abierto a la acción de Dios, incluso sabiendo que ni siempre seremos conscientes de esta acción en nosotros y en el entorno.
Fue muy bonito, refrescante y un regalo escuchar a una compañera como explicaba con muchísima humildad un día-a-día lleno de amor:
“Observo a la gente. Hago una lectura de la gente cuando voy en el autobús”
“Mi motivación son las personas, son los otros”
“Nunca sé cómo será mi día. De pronto alguien me llama y tengo que cambiar mi plan”.
“A veces tengo la sensación de pérdida de tiempo, de dispersión. Me queda la sensación de no haber ido dónde tenía que ir”.
“A veces hago cosas que no puedo hacer. Mi cuerpo me responde menos que antes.”
Y seguía diciendo:
“Tengo la sensación de que hago poca plegaria”
“Observo a la gente y hago silencio”
No hace falta ni decir que ahí vimos su plegaria, en ese silencio amoroso.
Fue una RdV que nos abrió muchos caminos, como lo que nos decía un compañero:
«M’interessa el nivell d’acompanyament de Jesús en el desastre. De vegades poses el pilot automàtic i costa trobar a Jesús quan les coses van malament.»
«A Jesús l’hem de trobar en el desastre, no només quan les coses van bé. Si no, no té sentit.»
O cuando un compañero compartía con sencillez su afición al fútbol, a las series, a la lectura y a pasear, salió este comentario:
«És molt sa. Sinó serem tan diferents de la gent que no connectarem amb ningú. Veig una humilitat i una sinceritat molt refrescant. Normalitat en les coses de cada dia. Jesús passa per aquí.»
Este mismo compañero, el del fútbol, decía:
“No tengo ningún compromiso desde la muerte de mi madre”
“Estoy decepcionado. ¿Qué hacer? ¿Dónde pongo el corazón?”
A lo que otro le respondía:
«Quines són les accions que Déu fa a traves nostre? No tot passa per accions organitzades. La RdV serveix per a veure per on passa Jesús».
También salió la gratitud por lo liberador que es que los compañeros sientan la importancia de algo que normalmente pasa inadvertido para la gente. Como lo decía una compañera:
“He visto muy claro nuestra tendencia a ser muy responsables sin compensar los deberes con los placeres de la vida. Eso me ha llevado a dar más valor a mi necesidad de alimentar mi espíritu con cosas aparentemente inútiles. Ha sido muy importante para mí, validar mi necesidad de pintar. Antes yo la vivía con culpabilidad.”
Ante muchos años de entrega a los desfavorecidos de una compañera, vimos cómo llevamos nuestra biografía escrita en nuestro cuerpo en forma de dolores o disfunciones. Nos vamos fragilizando. Es necesario poner unos límites en la entrega.
Un compañero dice:
«Compte a una entrega infinita als més pobres, amb el risc que comporta que vagi la teva salut al darrera».
Somos gregarios, necesitamos ser queridos y tenidos en cuenta. El corazón se queja:
“Siempre soy yo la que tengo que pensar en los demás. La gente no se molesta ni en hacer una llamada”.
Vamos evolucionando. Por ejemplo: un compañero que había vivido hacia fuera durante mucho tiempo, con muchas responsabilidades describe así su proceso:
“Me he dado cuenta que sólo hago lo que tengo que hacer. Que todo es por obligación, echo de menos la gratuidad y me siento agotado, se merman mis energías. Esto me ha llevado a descubrir la necesidad de conectarme conmigo mismo y lo estoy haciendo a través de la práctica del silencio”.
“El silencio es el silencio de ése yo pequeñito que nos desconecta de los demás y de nosotros mismos. En el momento en que te entregas al silencio te haces transparente a la voluntad de Dios. Por eso creo que la presencia es una plegaria. Es dejar que Dios nos hable de sus mil maneras.”
La alegría es una muestra de que nos ha sido dado hacernos más transparentes a Dios.
Ese es un camino al que queremos llegar y para eso necesitamos la ayuda mutua. Que cada uno explicite el proceso por el cual ha podido abrirse y superar obstáculos que le impedían ver a Dios/Jesús en todas las cosas.
Esta aportación, de una compañera, que fue como una plegaria:
“Tot el que hem estat compartint, ho compartim perquè Déu és al mig nostre.
Si ens fem transparents es perquè Déus està en mig nostre.
No entenc el diàleg si no ens diem la veritat.
Aquí ho aconseguim.
Si això es dona, es dona per això.
La riquesa d’aquesta revisió de vida, Déu ens ha ajudat a compartir i repartir.”
“Somos como diamantes en bruto”
“Esto no sale gratis, nos compromete.
Cada paso es un compromiso.
Esto no queda sólo en un escrito sino que nos lleva a otros retos como grupo.
Todo esto nos servirá para seguir. Para profundizar.
Si nos queremos más, nos cuestionaremos más, nos preguntaremos lo que no entendemos, y eso hará conocernos más”.
Actuar:
Nos planteamos qué es el grupo y la ACO para nosotros.
Hicimos la revisión de la Carta Económica y enviamos a la Comisión de Economía de ACO las reflexiones y propuestas que salieron. Programamos para el inicio del curso que viene, hacer la Revisión de Vida de economía.