[Oración de Oriol Garreta leída en la Jornada final de curso de la zona Besòs que se hizo telemáticamente el 3 de julio]
Siguiendo el ejemplo de Moisés y Elías,
subes a la montaña,
al encuentro de Dios, tu Padre.
Me invitas, también, a subir.
Es empinada, Señor, la subida:
dejar lo que estoy haciendo,
el trabajo, la gente, las preocupaciones
que me angustian y me descomponen la vida.
Dejar todo esto me da pereza.
Tú vas al frente, bien decidido.
¿Cuántas veces te he dicho que no,
he vuelto atrás,
me he sentado en el llano, solo,
para descansar y dormir.
Pero hoy sí,
hoy he subido contigo, hasta la cima.
Encontrarte con el Padre,
entrar en diálogo con él,
en íntima comunión...
te ha llenado de alegría, de paz, de vida,
estallando y resplandeciendo su gloria.
Me he adormecido de cansancio,
pero de repente, como a menudo me pasa,
te he sentido a mi lado,
he experimentado que eres el Hijo amado del Padre.
Qué alegría, qué paz, qué plenitud de vida
me has comunicado.
Todo yo me he sentido transfigurado,
y te he pedido que esta vivencia
perdurara para siempre en mí.
Por respuesta me has dicho: ahora bajemos
al trabajo de cada día,
con la gente que tienes cerca,
con los problemas que te agobian
y piensa que llevas dentro
la fuerza del Espíritu que hemos encontrado en la cima.
Él te hará caminar
para llevar a los demás paz, alegría y vida.
Esta oración se complementó con el Evangelio de Mateo 17,1-9. Y se propusieron estos puntos de reflexión que pueden trabajarse bien personalmente o en grupo y compartirlos:
A) Suben a la montaña: cansancio, fatiga...
Momentos difíciles que hemos vivido durante el confinamiento:
B) En la cima pasan el día hablando con Jesús. Viven una experiencia de fe indescriptible: Jesús, el amigo, es el Dios con nosotros.
Vivencias positivas que hemos tenido durante el confinamiento:
C) Descenso de la montaña a la vida ordinaria con todo lo que les espera.
¿Qué hemos aprendido del confinamiento y qué nos puede ayudar a afrontar todas las nuevas realidades que empezamos a vivir como miembros de ACO?