[Oración de Oriol Garreta leída en la Jornada final de curso de la zona Besòs que se hizo telemáticamente el 3 de julio]
Muchas veces, Señor,
como discípulo tuyo que soy,
debería hacer mía aquella petición
que tus discípulos te hicieron un día:
"Señor, enséñanos a orar".
A menudo rezo sin amor,
a menudo mi oración
sale de un corazón reseco
y no es palabra amorosa
que dirijo a mi Amado
y se convierte en palabra que se lleva el viento.
A menudo rezo sin amor,
a menudo mi oración
no brota de un gesto de amor y servicio
hacia el hermano que tengo al lado,
ni nace de una mirada rellena de ternura
ante tantos que veo luchar, sufrir y morir
y deviene, entonces, falsa oración,
una oración indigna y vacía.
Se, Señor, mi Maestro de amor.
Que de tí aprenda a hacerlo todo
con amor y autenticidad de corazón,
a trabajar y vivir, a hablar y orar
con el corazón lleno de tu amor
y mi vida se convertirá, entonces,
en completamente placentera y agradable a tí.