En Pentecostés los apóstoles recibieron el don de anunciar la Resurrección en varias lenguas y se hicieron entender por personas de distinta procedencia. Hoy, los movimientos y grupos eclesiales hacen lo mismo: son capaces de hablar en “lenguas diferentes” al corazón humano, y con creatividad “redescubren cada día, en su carisma, nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio”. Francisco les dedica la intención de oración este mes; en su vídeo, producido por la Red Mundial de Oración del Papa, les llama “la riqueza de la Iglesia” y les exhorta a trabajar “al servicio de los obispos y de las parroquias, poniendo sus carismas al servicio de las necesidades del mundo”. Puede consultarse el vídeo en el enlace.