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Nos detenemos en la palabra “vivir” de la prioridad de curso

Mayo 22/Joan Andreu Parra/

El domingo 15 de marzo nos reunimos en la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en el Poble-Sec. Era la segunda del curso. A lo largo de los tres encuentros hemos querido reflexionar sobre la prioridad “La fe en Jesucristo, como motor para vivir y compartir”, reflexionando en cada encuentro tres palabras: motor, vivir y compartir. En este encuentro nos parábamos en la palabra “vivir”.

Se inició con un canto  que  nos permitió prepararnos para la lectura del evangelio de Mc 10, 46-53, La curación del ciego Bartomeu. Después hicimos unos 20 minutos de reflexión personal que nos ayudó a profundizar un poco más en el texto y llegar más preparados a escuchar a los dos testimonios.

El  primer testimonio fue el de Pruden, del grupo Magoria. Nos explicó toda su vivencia y sentimientos, luchas interiores durante el proceso de enfermedad y muerte de su esposa Tina. Y después como ha vivido su propia enfermedad, el proceso de recuperación acompañado de sus hijos y como la fe y Jesucristo le han ayudado en estos momentos tan duros.

El segundo testimonio fue el de Javier Vélez. Nos detalló cómo fue su proceso en incorporarse en la JOC y como gracias a los compañeros y al movimiento pudo escapar de un futuro  más o menos relacionado con las drogas y de ser una persona sin proyectos. Hemos podido conocer como ha sido su proceso de crecimiento en la fe. Gracias a la JOC ha  descubierto a un Jesús que es servicio a los otros, que lo importante es el otro, y como la acción trasforma la vida. Ahora es consiliario de militantes de un grupo de ACO.

Al acabar los testimonios, compartimos nuestras reflexiones. Como ejemplo serían:   

  • Reconocernos ciegos, porque todavía no tenemos suficiente fe y muy a menudo nos cuesta “ver”.
  • Como Jesús nos da protagonismo en lugar de darnos soluciones en este “¿Qué puedo hacer por ti?”.
  • Si individualmente o colectivamente somos luz para los otros o somos una barrera  o un estorbo en la fe de los otros.
  • Como a veces pedimos a Dios que las cosas sean como nosotros queremos en lugar de aceptar su voluntad.
  • La necesidad de la fuerza interior y la insistencia en la oración.

Habíamos propuesto compartir la misa con la comunidad. Y el hecho de que la misa fuese a las 13 h nos permitió poder llevar un ritmo más lento, tener más tiempo para reflexionar personal y colectivamente.

Acabamos la reunión dando gracias por la jornada, por todo lo que habíamos aprendido y lo que nos había ayudado y rezando todos juntos un Padre nuestro.

En la eucaristía de la comunidad, Joan Cabot nos presentó como grupo ACO y participamos con una plegaria.