Please enable JS

DECÁLOGO POR LA DIGNIDAD EN LA VEJEZ

DECÁLOGO POR LA DIGNIDAD EN LA VEJEZ

Diciembre 05/Joan Andreu Parra/

[Quico Manyós, recursos del Dossier Luzysal n. 18] La dignidad en el acompañamiento a la vejez es una responsabilidad ética que destaca la importancia de tratar a cada persona mayor con respeto, reconociendo su integridad y valor propio. Esta perspectiva implica proporcionar atención personalizada, preservar la autonomía siempre que sea posible y crear entornos que favorezcan la dignidad y bienestar de las personas mayores. A través de este enfoque se busca asegurar que cada individuo mantenga su identidad, contribución y sentido de significado en su experiencia de vejez.

 

  1. Dignidad universal:
  • Como personas, independientemente de nuestra edad, enfermedades, estado cognitivo o grado de discapacidad o dependencia, todos poseemos dignidad y merecemos ser tratados con igual consideración y respeto que cualquier otra persona.
  1. Personas únicas:
  • Ninguna persona mayor es igual; cada uno de nosotros tiene su propio proyecto vital. Por eso, la personalización de la atención es esencial para responder adecuadamente a nuestras necesidades únicas en esta etapa de vejez.
  1. Importancia de nuestra biografía:
  • Nuestras biografías son la razón fundamental de nuestra singularidad. Se convierten en el referente básico en el diseño de los planes de atención, asegurándose de respetar y reconocer la trayectoria de vida de cada uno de nosotros.
  1. Tenemos derecho al control de la propia vida:
  • Como personas mayores somos consideradas agentes activos y protagonistas de nuestro propio proceso de atención. Es fundamental que se respete nuestra autonomía y que se busquen oportunidades y apoyos para que podamos mantener el control sobre nuestro entorno y nuestra vida cotidiana.
  1. Autonomía en afectaciones cognitivas:
  • Incluso si experimentamos graves afectaciones cognitivas, tenemos derecho a ejercer nuestra autonomía. Este derecho no se limita a una capacidad única y fija, y debe trabajarse con nosotros para identificar oportunidades y apoyos que faciliten el ejercicio de este derecho.
  1. Reconocimiento de fortalezas y capacidades:
  • A pesar de nuestra dependencia, las personas mayores, como nosotros, también tenemos fortalezas y capacidades. Es importante que la mirada no sólo se centre en los déficits, sino que también busque una relación que reconozca y fortalezca estas capacidades individuales.
  1. Influencia del ambiente físico:
  • El ambiente físico tiene un impacto significativo en nuestro bienestar subjetivo, especialmente si estamos en situación de dependencia. Es necesario asegurarnos de que los entornos sean accesibles, cómodos, seguros y con significado para mejorar nuestra calidad de vida.
  1. Valor de la actividad cotidiana:
  • Las actividades cotidianas tienen un impacto determinante en nuestro bienestar y salud. Es fundamental que se reconozca la influencia de lo que sucede día a día en nuestra satisfacción física y emocional.
  1. Interdependencia social:
  • Como personas, somos interdependientes. Las relaciones sociales juegan un papel clave en el desarrollo de nuestro proyecto vital, siendo esenciales para el ejercicio de la autodeterminación y nuestro bienestar general.
  1. Perspectiva de muchas dimensiones humanas:
  • Las personas somos multidimensionales y sometidas a cambios constantes. Las diferentes dimensiones biofísicas, psicológicas, sociales y espirituales deben ser atendidas con apoyos diversos y ajustados a las diversas situaciones que podemos experimentar como personas mayores.