ANNA Como decía, os he invitado para ver si en pleno siglo XXI tiene algún sentido reivindicar el 8 de marzo.
ISABEL Mirad, yo soy mayor, demasiado. He tenido hijos y nietos. He trabajado hasta romperme la espalda y mi trabajo nunca ha sido reconocido. Tengo una pensión de pena, hasta el punto de que algunos días tengo que ir al comedor social. Cuando cobro tengo que ayudar a mi hijo, que está parado, a pagar la hipoteca.