Please enable JS
Lola López fue Comisionada de Inmigración, Interculturalidad y Diversidad del Ayuntamiento de Barcelona

La diversidad, reto principal de nuestro tiempo

Apuntes de la sesión «Barcelona y los lugares de culto: aproximación sociológica y de gestión pública»

Enero 14/Joan Andreu Parra/

[Marilia Sanz] El 6 de febrero de 2020, en el marco del curso de Cristianismo y Justicia «¿Cerrar el círculo? Representaciones de la experiencia espiritual y religiosa en el espacio», se celebró la sesión Barcelona y los lugares de culto: aproximación sociológica y de gestión pública. Fue a cargo de Lola López, antropóloga y ex-coordinadora del equipo de Asuntos Religiosos del Ayuntamiento de Barcelona. Lola empezó diciendo que haría una charla desde su experiencia personal, de lo que le movió a querer tomar esta responsabilidad y de sus convicciones sobre el hecho religioso (se define como agnóstica y su mirada es eminentemente intercultural).

Aunque no sea creyente, dijo que en la ciudad de Barcelona buena parte de los ciudadanos lo son. Considera que el ser creyente es parte fundamental de la vida de las personas que lo son, por tanto, los gestores públicos deben garantizar que se pueda ejercer este derecho a toda persona. Al frente de Asuntos Religiosos trabajó para la plena normalización del hecho religioso. Por ejemplo, pongamos por caso, en el barrio, se habla de un problema o situación donde se debe actuar, en la mesa no sólo tienen que estar los agentes de siempre: educación, sanidad, servicios sociales, administración, sino que también debe haber la mirada del creyente. Hizo un llamamiento a que las asociaciones de base religiosas se hagan presentes en ámbitos hasta ahora sólo llevados por gente no creyente.

Hay una mirada de superioridad del ateo hacia el creyente. Se considera que el creyente tiene una inferioridad en el campo intelectual, cuyo conocimiento de la realidad no tiene validez, que es poco evolucionado, se ha quedado atrás, como infantilizado por la creencia. Y hay que romper esto porque es un supremacismo por parte de la cultura dominante no creyente. Cuando un colectivo debe esconderse, da pie a rumores, estereotipos, discriminación. Normalización es hablar abiertamente en cualquier espacio. Pero la religión está apartada cuando en la ciudad existe una presencia enorme y diversa de las religiones.

Existe un vacío legal en lo que se refiere a los usos de los espacios públicos en cuanto a la religión. No está escrito en ninguna parte, no hay ninguna ley que prohíba realizar actos religiosos en espacios públicos, como centros cívicos y otros. Siempre que se respete la diversidad religiosa y no se privilegie una sobre otras. Pero hay una tendencia a mirar el hecho religioso como algo que debe mantenerse al margen y se confunde laicidad con laicismo. Se debe tener una política religiosa que garantice el hecho religioso. Que todo el mundo pueda ejercer su derecho al culto y que todo el mundo pueda expresar su fe. Todas las religiones deben poder compartir el espacio público al igual que las actividades culturales o deportivas lo hacen con toda la normalidad.

No basta con dar una Instrucción para equiparar el trato que se da a estas actividades. Es necesaria una Medida de Gobierno. Tardó ocho meses en poder aprobar una. La Normativa del uso del espacio público queda muy pequeña frente a las necesidades de la gente creyente. Para llegar aquí, debía trabajarse desde la perspectiva intercultural, que tiene tres principios.

  1. Es la única vacuna contra los extremismos, los racismos. Para lograr la no discriminación. Que exista igualdad de derecho. Equidad del acceso al derecho.
  2. Reconocimiento de la diversidad y la memoria histórica.
    La persona que se traslada de país, tiene dos culturas, tiene una mirada de cada sitio. Puede mirar las cosas con distintas perspectivas. Son personas más creativas, con mayor capacidad de encontrar soluciones diferentes a los problemas. En las empresas buscan tener gente de situaciones y de orígenes diversos, en los equipos creativos, por eso.
    Y la gente, en la calle, quiere conocer a las diferentes religiones. La Noche de las Religiones es un éxito tan grande que se ha pasado de una noche a dos y tendrá que ampliarse aún más. Son aproximadamente 30 comunidades de diferentes religiones que abren su espacio de culto para que quien quiera le visite. Es una iniciativa muy concurrida y con mucha participación ciudadana en la organización.
    También es importante reconocer la memoria histórica. Qué derechos se han conquistado por la lucha de los grupos religiosos. Por ejemplo, en 1958 los primeros objetores de conciencia para no acudir al servicio militar eran Testimonios de Jehová. Otro ejemplo fue la lucha por parte de una Comunidad Musulmana, de la administración y del tejido asociativo del Barrio de la Prosperidad, en el distrito de Nou Barris para que fuera posible abrir un local de culto en la calle Japón.
  3. Crear espacios de diálogo entre todas las personas.
    Diálogo de igual a igual. Nadie se posiciona por encima del otro.
    Respecto al otro, respeto antes de entender. Puedo respetar lo que no entiendo. Por ejemplo, a mí no me gusta el fútbol, ​​no lo entiendo. De pequeña hice el esfuerzo de interesarme, pero no me entra. Pero respeto que se corten las calles cuando hay un partido de fútbol muy importante. Respeto que haya gente que quiera ir a ver el fútbol.
    El respeto debe ser siempre que el otro también respete. Quien no respeta no merece respeto.
    Es un diálogo para construir.
    Debemos normalizar la evidencia de que no podemos pensar todos igual.
    Debemos hacer el esfuerzo de no imponer ningún tipo de ideología.
    Es una prueba de apertura mental que sea posible el diálogo entre una persona creyente y otra que no lo sea.
    Éste es el principal reto de nuestro tiempo: el de la diversidad. Que lleguemos a entender que hay muchas formas de llegar al conocimiento, no sólo la científica, no sólo el racionalismo, o el materialismo.
    Que todo el mundo pueda expresar su forma de ver el mundo. Su forma de cultivarse.
    Antropológicamente buena parte de los ateos son judíos-cristianos y ni se dan cuenta. Se puede ver esto en la forma en que tratan a sus muertos. No los dejan sin más. No los tratan como si fueran materia. Y hay otra forma de tener fe más difícil de darse cuenta y es la fe ciega en la ciencia.
    A mí me gusta cómo se vive la diversidad en África, al menos dónde estuve, allí todo se celebra, todas las expresiones se transforman en fiesta con toda la normalidad.


Otros artículos


Suscríbete al E-boletín

Recibirás las noticias por correo electrónico!

INSCRÍBETE