El 1º de mayo de este 2016 lo hemos vivido plenos de la conciencia y del gozo de ser de ACO. Dos de Cataluña estábamos en Elche con compañeros militantes del mismo Alicante y de Córdoba. Al encuentro de las diócesis de España este curso faltaron la comitiva de los de Madrid. Fueron añorados. Los consiliarios de los grupos de Alicante, Ángel Macho y Pepe Lozano nos acompañaron durante el tiempo de trabajo. Y el consiliario de Córdoba, Paco Aguilera, convivió como uno más de nosotros durante los dos días y dos noches.
Nos hospedaron confortablemente en Santa Pola, en dos pequeños apartamentos de las familias de dos militantes. Hubo tiempo para todo: pudimos pasear por el paseo marítimo, visitar el faro y las magníficas vistas, hacer una visita bien documentada y solidaria a Elche (el dinero quedó para una asociación en beneficio de los refugiados de Idomeni), compartimos una Eucaristía viva y animada con la comunidad de San Antón donde hay un grupo de ACO y otro de la HOAC, y charlar juntos haciendo un piscolabis. Finalmente, fuimos con ellos a Elche a la manifestación del Día del Trabajo, donde pudimos escuchar a la compañera de ACO, Carmen, cuando nos leyó el manifiesto de CCOO en la fiesta final.
Hemos compartido las comidas juntos y nos hemos hartado de la famosa torta alicantina y ¡de ver palmeras! Los diálogos en los paseos o comiendo y bebiendo, en la mesa o de pie, han sido muy constructivos y emotivos. Es un regalo de Dios podernos encontrar, nos comentaba Elena de Córdoba. "¡Qué gran proyecto ACO!", nos decía también en un mensaje posterior.
Las tres horas de trabajo fueron muy provechosas. Ayudó la buena labor de moderación que hizo Josema. Compartimos experiencias de acción y de iniciación de las zonas y también, a petición de Paco, informamos a los demás de donde teníamos puesta actualmente la mayor fuerza en la acción y por qué. Resultó que servir a las personas con problemas (incluso cuando estamos nosotros dentro) y dedicar horas a protestar o proponer proyectos para la salud del planeta, salieron como los dos tipos de actividades que vivimos con más intensidad creyente, y siempre en colectividad.
En el despido, Franc y Silvia, como responsable y secretaria de Alicante respectivamente, fueron felicitados por todos por la acogida y la buena organización de este entrañable encuentro donde cada militante tuvo algún servicio a hacer. Todos estaban unidos y contentos.
Habéis podido constatar que el hermanamiento entre los militantes sigue siendo esta fuente de Vida que no decepciona porque nos alimenta el alma. A modo conclusivo repetimos, también, que todo el encuentro fue un buen regalo de Dios.
Y añadimos en este mismo resumen la petición que nos hicieron de poder venir a celebrar alguno de los encuentros anuales de "¿Quién vive ahí?" con nosotros, en Cataluña. Pensemos en ello.