[Palabras pronunciadas por el consiliario general de ACO, Pepe Baena, en la gala Vallesano del año, donde ha resultado finalista, el 3/05/2019]
Ante tantas personas diversas y plurales en este Centro Cultural de Vilanova del Vallès, me salen unas palabras de sueño a partir de nuestra tarea humilde de Cáritas de la parroquia de San Francisco de Asís de Bellavista. Palabras con sabor de sueño con mi amigo Jesucristo, de quien en estos días los cristianos celebramos su paso de la muerte a la vida:
Sueño un mundo donde los niños puedan aprender con el corazón que la vida es toda una asignatura de amor, y no caigan en una educación útil sólo para ser los mejor preparados para un sistema del capital y no para una tierra de todos los seres humanos.
Sueño un mundo donde los jóvenes puedan quitarse la etiqueta de que son el futuro, para empezar a formar parte de la construcción del presente lleno de vida y creatividad, teniendo en cuenta a los ancianos como memoria histórica que no tiene principio ni fin.
Sueño un mundo donde las mujeres y los hombres puedan descubrir que la complementariedad no está en la diferencia sexual, sino en la comunión de dos libertades que dialogan en el abrazo y en la mirada hacia un mismo horizonte.
Sueño un mundo donde los más pobres puedan levantarse con firmeza para gritar, con una sonrisa franca, que ya no hay poderosos ni débiles, sino personas que practican el compartir todo lo que les falta a los demás.
Sueño un mundo donde los refugiados y emigrantes puedan disfrutar de la tierra, sin fronteras ni muros, porque ya no se mira el territorio como una propiedad a defender, sino que se vive el corazón de cada uno como patrimonio de la humanidad.
Sueño un mundo donde los enfermos puedan ser curados por besos, abrazos, sonrisas y cantos de amor y no por medicamentos sintéticos que son fabricados para llenar las cuentas bancarias de unos cuantos enfermos por el cáncer del dinero.
Sueño un mundo donde los que están durmiendo en la calle viven en habitaciones comunicadas con ventanas de comprensión y puertas de cariño, porque ya las calles y las plazas de cualquier ciudad y pueblo se han convertido en una gran casa acogedora para todos.
Sueño un mundo donde los y las alcaldes del Vallès Oriental, y todos los que gobiernan en todas partes, puedan expresar que servir al pueblo es un honor para construir entre todos y todas municipios llenos de bienestar, paz y fraternidad, y no sea la oportunidad para llenarse los bolsillos al sonido del egoísmo y de la corrupción.
Sueño un mundo donde el día de hoy no es una gran gala del premio por un vallesano o una vallesana del año, sino que es la fiesta de una sociedad hermanada por el amor entre todas las personas de cualquier procedencia, color , religión, tendencia sexual, cultura, lengua...
Sueño un mundo aquí y ahora. ¿Os apuntáis?
»Esto dice el Señor, Dios de Israel: Cuando yo renovaré la vida de este pueblo, en el país de Judá y por sus ciudades aún volverán a decir: "¡Que el Señor te bendiga, sede de justicia, montaña santa!" En su entorno habitarán los de Judá en sus ciudades, los agricultores y los que trashuman con los rebaños. Saciaré a todos los que desfallecen, satisfaciendo los que sufren de escasez. Ante esto dirán: "Me desvelo y veo que es realidad mi dulce sueño." (Jeremías 31,23-26)
¡¡¡Muchas gracias por todo!!!
Pepe Baena Iniesta